jueves, 2 de enero de 2014

Navidad




Esta fue un a Navidad muy especial, fuimos a cenar a la casa de nuestra jefa Molly que es una persona muy buena con nosotros. Pasamos junto a ella, su esposo y sus dos hijos Serafino (de 5 años ) y Viola ( de 3 años). 

Podría decir que como cultura somos muy parecidos con la italiana se come y luego se abren los regalos. Es verdad que Gabriela y yo estábamos lejos de nuestras familias, y para los dos es nuestra primera navidad sin ellas. Hubo un poco de melancolía de mi parte al principio, pero luego que di cuenta que estaba celebrando con mi familia italiana.



En cuanto a mi viejitos, al día siguiente fue el almuerzo con sus familias, me sentí muy contento por aquellos que pasaron en compañía por ellas y muy triste por aquellos que estaba relativamente solos. En esos momentos, en esos contrastes que tiene la vida,  me lleno de satisfacción y orgullo el ser voluntario, el comprender la importancia de un voluntario, porque luego de trabajar con ellos se crea un vinculo tan fuerte que el simple hecho de sentarse a su lado y compartir un momento del almuerzo les hace sentir que no están solos y que ese momento es el mejor regalo de la navidad.